El año pasado tuvimos con Alfredo aquella reflexión de "Creo en Jesucristo", pero esta vez vamos a intentar centrar un poco más el tema dentro del contexto del Año de la Fe, gracias a las anotaciones de la charla de D.Aurelio Fernández y el temario para este mes...
Resumen previo de los pasados miércoles:
–– El objetivo de la formación doctrinal-religiosa de este curso es sumarnos al plan de la Iglesia que el Papa ha declarado como “Año de la Fe” y, en consecuencia, mejorar nuestra fe personal.
–– La fe es un don de Dios, pero, desde la perspectiva humana, es la respuesta que el hombre da a Dios que, a lo largo de la historia, se ha revelado a la humanidad. Tal respuesta es libre y, en consecuencia, debe ser racional. De ahí la necesidad de tener una fe ilustrada.
–– Para tener fe en ese Dios que se revela, es preciso que el individuo tenga unas disposiciones que le permitan oír y responder a esa llamada de Dios. Aquí entra en juego la vida moral personal.
–– La fe se vive, se celebra, se practica y se reza: estas son las cuatro partes del Catecismo.
Ser creyente en oposición al ateo––es creer que Dios existe. Pero ser cristiano es creer en un Dios que se ha revelado al hombre. Y tal revelación, después de siglos en los que Dios se ha manifestado de múltiples formas, al final ––¡hace solo 2000 años!––, se revela visible y personalmente en Jesucristo. Por ello, ser cristiano es creer en Jesucristo.