Hemos estado bastante liados últimamente, pero no podíamos dejar pasar este mes de María sin compartir esta estupenda catequesis del Santo Padre dedicada especialmente a san José y a la Virgen, uniendo así la celebración de san José obrero, con el comienzo del mes dedicado a María, y con Jesús como centro común de ambos. Una preciosa reflexión que nos invita una vez más a tomarles a ellos como ejemplo, y desde la oración conjunta, hacer aún más sólida la vida familiar y la amistad.


   Os dejamos el texto a continuación:



   Queridos hermanos y hermanas, buenos días:

   Hoy, primero de mayo, celebramos a san José obrero y comenzamos el mes dedicado tradicionalmente a la Virgen. En este encuentro, quisiera detenerme entonces sobre estas dos figuras tan importantes en la vida de Jesús, de la Iglesia y en nuestra vida, con dos breves pensamientos: el primero sobre el trabajo y el segundo sobre la contemplación de Jesús.

   1. En el Evangelio de san Mateo, en uno de los momentos en que Jesús vuelve a su país, a Nazaret, y habla en la sinagoga, se subraya el asombro de sus paisanos por su sabiduría y la pregunta que se plantean: «¿No es este el hijo del carpintero?» (13,55). Jesús entra en nuestra historia, viene en medio de nosotros, naciendo de María por obra de Dios, pero con la presencia de san José, el padre legal que lo custodia y le enseña también su trabajo. Jesús nace y vive en una familia, en la Sagrada Familia, aprendiendo de san José el oficio de carpintero, en el taller de Nazaret, compartiendo con él el empeño, la fatiga, la satisfacción y también las dificultades de cada día.

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