Convivencia 2011

Si está en otro lao... no hay razón para que no esté también aquí... Puede parecer que algunas cosas están fuera de contexto (y lo están, porque, como digo, es algo que viene de otro lao)... Así que... ¡preguntad si tenéis curiosidad! ¡Ahí va!

...Bueno, pues yo no quiero ser menos y dejar pasar esta oportunidad de escribir algo sobre la convivencia que tuvimos los ¿veteranos? del lugar…

No es mi intención alargarme repitiendo lo que muchos otros han dicho ya. Así que simplemente suscribiré lo ya dicho y ¡me comprometo a dar fe de ello ante cualquiera que pueda negarlo! No obstante, sí que me gustaría decir algo desde el punto de vista de alguien para el que ésta era su primera convivencia con el Buensu y la primera después de hace unos cuantos años…
Realmente hay cosas que uno parece que no va a volver a vivir o a sentir nunca más e, incluso, parece que ni siquiera recuerda haberlas vivido o sentido alguna vez. Pero lo de este fin de semana me ha dicho todo lo contrario y me ha demostrado lo mucho que Dios nos quiere y las muchas oportunidades que nos da cada día para comprobarlo.

Pero, es que en el fondo ya sabía que iba a ser así… Si no, no se explica que siendo uno como es – un poco tonto a veces, y tímido muchas más – no dude demasiado en embarcarse en algo como lo de este fin de semana. Y es que, aunque no conocía a casi nadie (o, apurando, tan solo de vista), rápidamente uno se sintió cómodo, como uno más. Pero no creo que esto sea simplemente una consecuencia de lo majos que sois (que lo sois, todos sin excepción), sino del hecho de que todos llevábamos algo más dentro: las ganas de sentir a Dios. Creo que son esas ganas de sentir y experimentar a Dios en nuestras vidas lo que lo hace posible…y vaya que si lo hace. Y creo queda claro que uno solo no puede llegar a ello. Los compañeros de camino, de barca, de buque… o como quiera que Carmen dijera en su testimonio… son fundamentales.

Creo que ha sido una convivencia muy bien compensada en sus planos espiritual y social (aunque en el fondo puede que sea lo mismo). Los testimonios que escuchamos los viví con especial interés y asombro, pudiendo ver que, al fin y a la postre, casi todos sentimos igual, tenemos las mismas inquietudes, nos “tocan” las mismas cosas y nos “funcionan” las mismas recetas. También muy bonitos fueron los momentos posteriores de compartir en grupo, más o menos grande o, simplemente, en pareja. Pero, sobre todo, me quedo con los momentos de oración y celebración conjunta, en especial con el Rosario, la eucaristía al aire libre el sábado y la vigilia de por la noche…

En global, creo que regresé a mi casa con mucha paz…y sí…,como alguno ha dicho ya, también con una sonrisa tonta de esas que tienes cuando simplemente te encuentras tan a gusto…
Muchas gracias a todos y nos vemos esta noche!

Carlos...

Sí, sí... Aquí fue todo.....