Mirad cómo se aman...

  Y mientras ultimamos los detalles para contaros el encuentro con Hna.Glenda, os dejamos aquí un vídeo curioso de los jóvenes de nuestra parroquia, para que veáis que hoy en día ser joven y católico no sólo es posible, sino que además nos lo pasamos de maravilla siendo Iglesia. Porque da igual dónde vayas o qué es lo que hagas, si sabiéndote Templo del Espíritu Santo te das cuenta de que allí donde estés, llevas contigo al Señor.

  Además, también hay santos que nos recuerdan que en la Iglesia existe esa radical unidad fundamental, que ya enseñaba San Pablo a los primeros cristianos: "Quicumque enim in Christo baptizati estis, Christum induistis. Non est Iudaeus, neque Graecus: non est servus, neque liber: non est masculus, neque femina" en Gal.3
   "Porque todos aquellos que en Cristo habéis sido bautizados, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío, ni griego; no hay siervo, ni libre; no hay hombre, ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús"

  Más que una lección aprendida, ésta era una experiencia de vida que reflejaban perfectamente los primeros cristianos, como nos muestra Tertuliano en torno al siglo II en su obra más conocida, Apologeticum. Se trata de una carta dirigida a los gobernadores de provincia del Imperio Romano, donde intentaba explicar la "extraña" situación de aquellos primeros cristianos, y lo que se decía de ellos:
    “Mirad, cómo se aman: se dicen admirados los que recíprocamente se aborrecen. Mirad cómo cada uno está dispuesto a morir gustosamente por el otro: se extrañan aquellos que están dispuestos más bien para matarse” (Apologeticum, XXXIX).

 Y es que incluso cuando alguno de nosotros tiene que pasar una temporada lejos, aún así podemos sentirle muy cerca; porque en realidad, "allí donde esté vuestro corazón, estará vuestro tesoro". Así que puede que físicamente tu cuerpo esté a gran distancia, pero si tu corazón se mantiene en Cristo, estará junto al nuestro (¡y ya sabes que Te Queremos!)