Corona de Adviento... Primera Vela


♪ ♫ "Os anunciamos el gozo de Adviento, 
con la PRIMERA llama ardiendo...
....se acerca ya el tiempo de salvación, 
disponed, pues, la senda al Señor..." ♪ ♫ ♪ 

   Supongo que muchos de vosotros habréis oído hablar de la Corona de Adviento... En realidad es una tradición que tiene sus orígenes en la cultura alemana precristiana, pero que cobra un significado completamente diferente con la llegada del cristianismo, pues Cristo como siempre "hace nuevas todas las cosas". Para los cristianos, la LUZ tiene un sentido muy especial, pues son de Cristo las palabras «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.» E incluso nos dice a nosotros: «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte." De modo que Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria, y de ese modo las velas anticipan la venida de la LUZ en la Navidad: Jesucristo. Cada domingo de Adviento se enciende una vela y mientras se enciende, se hace una oración utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos en las Misas de Adviento, pero también es una bonita tradición para hacer en casa. A continuación os dejamos algunas ideas al respecto:



- P R I M E R   D O M I N G O -


Reflexión:

   El evangelio de hoy nos puede resultar agobiante pues nos sigue hablando de crisis, pero es también tremendamente aleccionador y sugerente. Nos sitúa radicalmente ante nuestra responsabilidad personal y social frente a lo que le pasa y pasará al mundo. Frente a la inquietud y al miedo “por lo que se nos viene encima”, no podemos aturdirnos, sino ser solidarios con los que sufren, esperar, y trabajar por nuestra liberación; estar despiertos, orantes y activos.

    La esperanza, fue definida por el poeta francés Peguy como “la fe más agradable a Dios” porque supone confianza total en Dios y, juntamente y gracias a ello, la disponibilidad total para ponerse al servicio de su Reino. En el “Año de la fe” no podemos olvidar que la fe, sin esperanza, que no lleve a la caridad, es una “fe muerta”.

    Este modo nuevo de vivir en esperanza se concreta y verifica en ese amor mutuo del que el Señor por su Espíritu nos colma y que es testimoniado por hombre y mujeres fieles al Evangelio, como el mismo Pablo (“como nosotros os amamos”). Para conseguirlo, y porque sabemos que esto no es una vana esperanza, suplicamos con el salmo: “A ti, Señor, levanto mi alma. Enséñame tus caminos. Tus sendas son misericordia y lealtad…”. En una situación también de crisis profunda, Jeremías supo señalar a la Esperanza en persona: a ése Germen, entonces puramente futuro y hoy la espléndida realidad de Cristo Resucitado que nos atrae con nuestro mundo y nuestra historia hacia sí.
Por Fr. Francisco José Rodríguez Fassio



Oración: 

Encendemos, Señor, esta luz, como aquel 
que enciende su lámpara para salir, en la noche, 
al encuentro del amigo que ya viene. 
En esta primer semana de Adviento 
queremos levantarnos para esperarte preparados, 
para recibirte con alegría. 
Muchas sombras nos envuelven. 
Muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes, 

porque tú traes la luz más clara, 
la paz más profunda y la alegría más verdadera. 
¡Ven, Señor Jesús!. ¡Ven, Señor Jesús!


Si buscáis más lecturas, oraciones y cantos para realizar en casa, aquí tenéis una buena propuesta.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Acuérdate de decirnos quien eres!!

Translate

Buscar...

Licencia...