'Creo en Jesucristo'


Aquí os dejamos también lo referente a la charla conjunta de todos los grupos que tuvimos con nuestro sacerdote Alfredo!



 “Convertíos y creed en el Evangelio” Mc 1, 14-20


Jesucristo comienza su vida pública con un imperativo necesario para que llegue el Reino de Dios: la conversión y la fe. Él es el Salvador, Dios con nosotros, aquel que cambia el mundo y lo redime.
Una de las problemáticas del mundo actual es que se ha perdido la fe como actitud vital en el ámbito social: lo moderno, lo científico, lo verificable, parece ser lo “creíble”, y la redención del mundo será fruto de los adelantos de la capacidad técnica del ser humano. Esta separación entre la “fe” y el “saber” tiene su origen en una comprensión del hombre que se hace a sí mismo con sus capacidades.
Así las cosas, se da de hecho un dualismo (dos facetas distintas y separadas) en la vida de las personas:

  •      UTILITARISMO: lo práctico, lo que sé, lo que puedo, etc. se centra en la capacidad técnica, el conocimiento científico y el desarrollo de una sociedad basada en estos principios. Es la faceta social de la gente: el curro…
  •      AFECTIVO-EMOTIVO: mis creencias, mis opciones vitales, sexuales, de ocio… Es la intimidad de las personas, que pueden ser totalmente diferentes a mis comportamientos externos. La fe religiosa queda “catalogada” como algo interno, que no “salva” a la sociedad.
El reto no es pequeño. Especialmente la fe religiosa, la fe en Dios, está en la mirilla. ¿Puede alguien que dice tener fe ser una persona de fiar en el campo del saber? ¿La fe no es un prejuicio que afectará a la imparcialidad  del juicio científico? ¿Alguien con fe en Dios es menos racional, un supersticioso ignorante? Son expresiones y juicios fáciles de encontrar en ambientes filosóficos, científicos, intelectuales, culturales, pero también a pié de calle.
Benedicto XVI nos ayuda a analizar exactamente en qué consiste el acto mismo de “creer”, de tener fe.


LA FE, es el ACTO FUNDAMENTAL DE LA VIDA DE TODO HOMBRE: el ser humano es creyente por naturaleza, y lo experimentamos así:
  • NO PODEMOS SABER TODO POR NOSOTROS MISMOS. Si el paradigma es actuar sólo por las certezas completas, por el saber, no actuaríamos. Tenemos una incapacidad de saberlo todo.
  • VIVIMOS EN UNA RED DE NO-CONOCIMIENTOS: no sé cómo funciona el microondas. Pero lo uso. El teléfono, la economía, las neuronas de mi cerebro, o los rayos ultravioleta.
  • LA EXPERIENCIA COTIDIANA GENERA CONFIANZA. Si no, la sociedad no puede funcionar. ¿Qué razones tienes para pensar que el microondas no hace radioactivo el café? Ninguna.
Santo Tomás (S.Th II-II, q10 a1 ad2): “la incredulidad es esencialmente contraria a la naturaleza humana”
•    LA FE ES INDISPENSABLE PARA LA VIDA HUMANA: no aspiro a actuar a partir de mi saber completo. Otras personas inspiran mi “con-fianza” por su saber y conocimiento. El técnico que ha fabricado el microondas, o diseñado el Airbus 380, el metro...
•    MUCHOS DEPENDEN DE POCOS Y POCOS DE MUCHOS: con pocos ingenieros nucleares un país queda iluminada. Los políticos son bien pocos, pero sus decisiones afectan a todos. Pero ocurre también que pocos dependen de muchos: ¿Qué sería si el General no contara con la obediencia de sus subordinados?
•    LA FE EXIGE RECIPROCIDAD: un acto personal por el que confío en otro, y esta confianza hace que comparta su saber y amplíe el mío. La docencia es el mejor ejemplo, pero en todos los campos aprendemos muchos de otros, que han suscitado nuestra inquietud (por las matemáticas, la filosofía, los juegos de rol…). Esta relación a la fe de otro es la clave del asunto: es una confianza en otra persona que no soy yo. Por eso, el contenido de lo que transmito (cómo usar el paracaídas –cf.Youcat 21-) queda marcado por la relación a la persona que lo hace. Es necesario un Yo-Tú para comprender la importancia de la persona, aunque sea imperfecta, respecto a lo que te transmite, aunque sea perfecto.
•    LA FE MARCA UN LÍMITE, PUES CONOCER SERÍA MEJOR. Límite del conocimiento humano, que a su vez plantea el reto de aprender más. Como muchos estáis de exámenes, no hace falta explicarlo.

ESTRUCTURA DEL ACTO de fe:
1.    Alguien que conoce: persona cualificada y digna de confianza.
2.    Confianza de muchos: la experiencia cotidiana remite a certezas, a conocimientos sólidos del saber.
3.    Verificación del saber en la experiencia. No es sólo “fe pura”. Tiene verificación, comprobación.

LA FE, ACTO FUNDAMENTAL DE LA VIDA CRISTIANA.
Ratzinger emprende ahora el proceso de la fe en Dios, y más concretamente, en Jesucristo como Hijo de Dios.“la incredulidad es esencialmente contraria a la naturaleza humana”, pero al mismo tiempo, no puede iluminar completamente el extraño crepúsculo sobre la cuestión de lo eterno.

  •     LA PALABRA DE DIOS LLEGA A NOSOTROS POR OTROS QUE HAN ESCUCHADO Y OÍDO: lo Apóstoles y los primeros cristianos. La fe en Cristo no tiene ninguna base de conocimiento científico verificable por la experiencia.
  •     RECIPROCIDAD: participamos de la fe de otros. Pero el gran protagonista va a ser Dios, a quien no vemos: la fe de otros implica nuestra persona en una nueva relación, la amistad con Jesucristo, de quien nos han hablado. Son dos momentos de esta reciprocidad: primero alguien, un amigo, p.ej., nos habla de Dios, o de la Iglesia, etc. Pero es el encuentro con Dios  en mi corazón cuando comprendo mejor a qué se refería mi amigo.
  •     CONDICIÓN INDISPENSABLE: debo estar abierto a Dios, cuyas expresiones pueden variar tanto como personas hay:  la búsqueda de la verdad, la honradez de vida, magnanimidad...
  •     MUCHOS VIVEN DE POCOS Y POCOS DE MUCHOS. Doce Apóstoles y pocos cristianos transformaron el mundo. El Papa es uno solo, pero la influencia de sus discursos en tantos millones de cristianos es gigantesca.
Hacen falta los “expertos en Dios”, aquellos que le han visto y han dado testimonio.
•    ALGUNOS HAN VISTO: Abraham, Moisés…
•    JESÚS ES EL VIDENTE POR EXCELENCIA: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”. Su “visión” es la más particular de todas, pues es Hijo de su Padre, en la comunión del Espíritu: y quiere transmitirnos su misma “visión”, ser hijos de Dios, vivir en comunión con Él. La pretensión del Evangelio es una vida plena, porque la de Cristo lo es. Salva a la Humanidad proponiendo una plenitud de visión para aquellos que crean en su testimonio.
•    Pero Jesús murió. Su “visión”, entonces, ¿se perdió? ¡No!  LOS SANTOS SIGUEN REFLEJANDO LA LUZ DE JESÚS.
•    “Son muchos en la actualidad los que se sienten atraídos por la figura de Cristo y desean conocerlo mejor. Perciben que Él es la respuesta a muchas de sus inquietudes personales. Pero, ¿quién es Él realmente? ¿Cómo es posible que alguien que ha vivido sobre la tierra hace tantos años tenga algo que ver conmigo hoy?” (Homilía de la Misa de 4Vientos).
•    SOMOS CREYENTES DE SEGUNDA MANO. Pero la luz de la fe nos conduce a la visión: Jn 4, 42 la samaritana que lleva a los de su pueblo: ahora creemos por nosotros mismos.

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Benedicto XVI a los Catedráticos y profesores en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
“Por tanto, os animo encarecidamente a no perder nunca dicha sensibilidad e ilusión por la verdad; a no olvidar que la enseñanza no es una escueta comunicación de contenidos, sino una formación de jóvenes a quienes habéis de comprender y querer, en quienes debéis suscitar esa sed de verdad que poseen en lo profundo y ese afán de superación. Sed para ellos estímulo y fortaleza” 

Alguien del grupo de San Aurelio mandó por mail una reflexión que añadimos, porque la fe no es pura 100%: siempre ha de ser algo verificable. Y la fe en Cristo y su vida, es verificable en las buenas obras de los cristianos, y en su lucha por arraigar todo en Cristo. La caridad es la encarnación de la fe, como Cristo encarna a Dios:
        “La caridad es el contenido, el método y el estilo de la comunicación de la fe; la caridad convierte el mensaje cristiano en positivo, relevante y atractivo; proporciona credibilidad, empatía y amabilidad a las personas que comunican; y es la fuerza que permite actuar de forma paciente, integradora y abierta.
         Porque el mundo en que vivimos es también con demasiada frecuencia un mundo duro y frío, donde muchas personas se sienten excluidas y maltratadas y esperan algo de luz y de calor. En este mundo, el gran argumento de los católicos es la caridad.”


1 comentarios:

kynno dijo...

Menudo turrón, ¡del duro oiga! :p

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